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PRÓLOGO

 

Vaya por delante que el título de este trabajo es pretencioso. Hacer un diccionario, específicamente, zarceño estaría muy por encima de mis posibilidades. Por ello, podría decirse que se trata de un vocabulario. De hecho, inventariar palabras que sólo se utilicen en Zarza la Mayor nos llevaría a un grupo reducido de ellas. Y, aún así, podríamos encontrar algún núcleo de población donde se utilicen o hayan utilizado.

Sería una labor titánica el seleccionar los vocablos exclusivamente locales ya que habría que conocer, a fondo, el lenguaje de todas las localidades. Por tanto, el ámbito de aplicación será muy diverso: local, comarcal, regional y; hasta, nacional. En las de ámbito más amplio he incluido aquellas que he considerado que van perdiendo uso; sobre todo, expresiones que los jóvenes van dejando de utilizar. He ido ampliando el campo de uso; mas en algunos casos el campo será por reducción. Es decir, están recopiladas algunas palabras y expresiones de uso, al menos en su frecuencia, en algún barrio del pueblo y; me atrevería a decir que algunas pertenecen a un espacio poco más que familiar. Siento no haber encontrado información sobre la etimología de las palabras y que algunos significados queden escasos debido a esa falta de información.

He hecho este trabajo por divertimento. He contado con ayudas directas e indirectas. En las directas, me refiero a aquellas aportaciones que han hecho las personas que sabían lo que pretendía. En las indirectas, me refiero a las que he adquirido de las conversaciones mantenidas. A todas las personas que han contribuido a que se logre este trabajo les dedico mi gratitud. Especialmente he de señalar, en este apartado de agradecimientos, al grupo local San Andrés por su colaboración en la grabación de las tres canciones zarceñas.

No quiero lucro ni polémica. Como este trabajo tiene dosis de subjetividad y algún toque de humor he de entender que algún lector no esté de acuerdo con mis apreciaciones o con las que me han transmitido. Sería interesante que esos puntos de vista discordantes me los transmitiesen para poder publicarlos, previa verificación; así como algún término que no figure relacionado.

Como muchas de las palabras se utilizan casi exclusivamente, por no decir exclusivamente, en el lenguaje oral es posible que al transcribirlas haya algún error. Me refiero, sobre todo, al uso de la “ b “ y de la “ v “. En ortología esas letras tienen el mismo fonema; y en ortografía, como es de todos sabido, tienen distinta grafía.

No he entrado en el sinfín de palabras que proceden de la aspiración de la “ h “ ,  de la supresión de la “ d “ intervocálica o de la sustitución de la "o" final por "u", o de la "e" por "i" (peini por peine). Tampoco he entrado en la consideración de palabras que prefijan “a”, como amoto, añoñá, afechar, ajuntar, arrebuscar, arrepañar, arrascar, arrecoger, aluego…; ni en formas verbales como vinon ( vinieron ), estuvon ( estuvieron ), dijon ( dijeron ), tuviendo (teniendo), pusiendo (poniendo); ni en el cambio de "l" por "r" en los grupos consonánticos (prazuela por plazuela)... Solamente he incluido unas cuantas que he considerado significativas. Tampoco he querido entrar en los nombres de personas: Jarcinto, Caetana, Calistro, Anicasio, Miterio, Donisio, Ulogio...Claro está que un buen número de palabras proceden de una incorrecta pronunciación de la palabra castellana; pero, por su extendido uso, las he incluido. He de decir que estoy a favor de la pureza del lenguaje; pero como éste es algo vivo y funcional, es válido si consigue la comunicación, entendiendo y haciéndose entender.

He de señalar que las palabras de ámbito nacional incluidas lo son por tener, además del significado conocido, otro localista. La polisemia de estas palabras puede estar en los dos espacios de aplicación.

El diccionario consta, en muchos casos, además de las palabras con sus significados, de oraciones que incluyen estas palabras para una mejor comprensión de ellas. Algunas de las palabras son onomatopéyicas, cacofónicas o ecolálicas. En algunos casos he añadido comentarios propios y de otras personas. Asimismo, he incluido expresiones, dichos, ocurrencias, alguna adivinanza, algún disparate, chascarrillos, y algún refrán que he considerado de interés. No he entrado, tampoco, en el extenso repertorio de refranes alusivos a la climatología, pues son muy conocidos y no es mi intención hacer paremiología. Solamente he incluido un grupito reducido.

Al hacer este estudio he constatado que hay un buen número de palabras despectivas, la mayoría de ellas referidas a las mujeres. Siento que así sea; pero hay que considerar que este lenguaje procede de una época en la que el machismo, el autoritarismo y el patriarcado estaban muy consolidados.

Este trabajo queda abierto a nuevas incorporaciones, rectificaciones, ampliaciones; pues entiendo que no son todas las que están, ni están todas las que son. El lector diferenciará las palabras y expresiones según el ámbito geográfico de aplicación.

Por último, hacer constar que con esta publicación pretendo que los jóvenes conozcan este bagaje y que los mayores lo recuerden con nostalgia y satisfacción. A fin de cuentas, forma parte del acervo cultural zarceño.

Solamente me resta pedir disculpas ya que el programa ha englobado a las palabras que empiezan por "n" en el apartado de la "ñ"; y ha antepuesto la "ñ" a la "n" en el orden alfabético dentro de palabra. Asimismo, el programa no distingue palabras coincidentes en las mismas grafías y de distinta dicción; por ejemplo, cama y camá.

 

JOSÉ MARÍA CHAPARRO GUTIÉRREZ